
Estimula los procesos cognitivos básicos de percepción visual, atención y memoria.
Fomenta el control de la impulsividad y trabaja la capacidad de esperar, por lo que los niños aprenden a autocontrolarse.
Desarrolla habilidades psicomotoras al tener que colocar las piezas correspondientes en el lugar adecuado.
Les mantiene mentalmente activos y cada vez más ágiles